Billions: salvo el poder todo es ilusión

Por Daniel Mecca (@danielmecca)
Salvo el poder todo es ilusión, decía Lenin. Billions es sobre todo una serie sobre el poder financiero, los bajos fondos de Wall Street y los hilos que lo atan al aparato judicial y político, en una escenario post crisis de Lehman Brothers y las hipotecas subprime.
El relato se construye como thriller: una disputa de poder entre Chuck Rhoades (el actor Paul Giamatti), fiscal del Distrito Sur de Nueva York, y el multimillonario Bobby Axelrod (Damian Lewis), dueño de un fondo de inversión -Axe Capital- quien asciende en forma astronómica sobre la base del 11-S y la muerte de sus socios.
La trama toma ángulos de Western con el tercer personaje central de la serie -Wendy Rhoades (Maggie Siff), la esposa de Chuck- quien trabaja como asesora psicológica en el departamento de RR.HH. de la financiera de Axelrod. Su trabajo consiste en que los traders de Axe Capital mantengan su comportamiento sangriento en las finanzas.
Con ella como excusa de rivalidad -quien centraliza el factor erótico de la serie, pero no tiene un rol pasivo, sino que es otra figura de poder- se elevará la despiadada y maquiavélica lucha entre el fiscal y el magnate joven, fanático de Metallica y “hecho de abajo”. Serán cazador y tiburón, cambiando roles a la vez, devorando todo en el camino.
Esa disputa tendrá los modos de la clandestinidad: chantajes, espionaje, tráfico de informaciones, amenazas, sobornos. Pero lo interesante de la serie es la exposición de los mecanismos legales donde se entrecruzan lo financiero, lo político y lo judicial. Como dijo el actor Damian Lewis -quien produce un extraordinario viraje a su personaje de Brody en Homeland: “En la realidad sabemos que la mitad de los que forman el mundo de Axelrod dirigen hoy el gobierno federal”.
El trabajo de la serie es muy sutil respecto a los intertextos de películas -como las referencias a El Padrino-, la elección de la música de los capítulos e incluso en los vestuarios. Ya desde la tercera temporada la serie cobrará otro vuelo con la incorporación del papel de Taylor (Asia Kate Dillon), una brillante analista de género no binario.
En definitiva, como dijo Bertolt Brecht: peor que robar un banco es fundarlo.
- Autor/es:
- Daniel Mecca